jueves, 11 de enero de 2007

Ateismo activo y pensamiento racional




La lectura del manifiesto de Sam Harris -más vale tarde que nunca- me ha impresionado. Me conmueve encontrar todavía a gente racional y con sangre en las venas, gente intransigente con discursos que, fuera del plano de la razón, pretenden ser considerados equivalentes a los que están inmersos en él. Harris es valiente y adopta un posicionamiento que le honra, en un momento en el que en el mundo parece que la luz de la razón se debilita y hay una completa recesión ideológica, que nos retrotrae a la inquisición y mira (ummm...no sólo mira en demasiadas ocasiones...apunta con la mirilla) con muy malos ojos a aquellos que no aceptamos que la fé y la razón o lo social tengan el mismo terreno en el que enfrentarse. Vengo hace poco del maravilloso Egipto -no sólo el monumental- y, al igual que él comenta en USA, me ha parecido detectar cómo el peor enemigo para un creyente no es ya el rival sino el que no quiere entrar en la guerra ...vaya, que casi pido perdón por ser ateo...

Insisto en lo racional porque es lo único que nos queda frente a la imposición de fé. La fé, como apunta, no puede ser el instrumento que nos permita justificar lo injustificable -evitando así el tener que adoptar una posición activa si se quiere mantener una cohesión moral mínima-. Tampoco puede la fé ser la manta que tapa las desigualdades sociales y que los políticos distribuyen por doquier -es gratis- en lugar de las reformas y las políticas activas contra la pobreza y los desequilibrios.

La fé habla actualmente en el dominio de la razón para gozo de algunos y desasosiego de otros, y si esos algunos son los que deciden...pues tenemos barbaridades como la negación del Hecho evolutivo, o la táctica del avestruz ante el cambio climático, versión más soft del discurso pero equivalente a la postre. ¿Negar lo irrefutable? y sobre todo..¿Cómo se puede si no? Obviamente situando coles y tocino en el mismo saco, aduciendo razones de fé.

Y sí, estoy con los que promueven un "basta ya" porque entiendo que se debe ser beligerante con el intolerante y con el fundamentalista, esos que sólo ven lo que quieren ver desde su butaca en la última fila de gallinero porque así su vida es llevadera, e incluso feliz, si ven que se han añadido más fila y ellos no son ya los últimos. Si lo quieren para sí, vale, pero no me lo impongan mire usté, ni tan siquiera me lo exporten por ahí; pero sobre todo, no me lo equiparen con un discurso en el que no hay que recurrir a instancias superiores no presentes, o no visibles para todos.

Reivindico por último desde aquí lo que no debiera: el compromiso social y la sensibilidad ante la injusticia NO es patrimonio de los creyentes, es condición del ser humano.

2 comentarios:

Juanma dijo...

Ya me conoces, y bueno, no puedo estar de acuerdo contigo. ¿Yo te parezco un fundamentalista? ¿Te parezco una persona no razonable?.
Como ya te dije una vez, no creo que haya nada de malo creer en un Dios que dijo: "Amaos los unos a los otros, como yo os he amado".
Muchos se quejan de esas personas, sin embargo no dicen ni pío de las personas que bendicen y adoran al dios dinero.
Ese es el dios que está llevando a este mundo por donde va.

Luis Guillermo Torres dijo...

Obviamente, esa soflama incendiaria no va para gente como tú, creyentes en dios pero tolerantes con las ideas que no les son convenientes, y muchas veces a lo largo de la jornada, racionales :).

El problema surge con ese otro grupo de talibanes, mucho más cercano al entorno próximo de lo que uno quisiera, que niega la mayor con total desparpajo -el hecho evolutivo por ejemplo- y obliga al resto a pensar como ellos, o no admite ideas contrarias a las suyas.

Mientras no se demuestre lo contrario, tú no eres de esa pandilla.

Gracias por tus comentarios.